Tecnología en la Educación sí, pero…

Coincidiendo con el final de curso, iniciamos este espacio, en el que vamos a reflexionar y recoger artículos sobre educación y su especial y compleja relación con la tecnología, en busca de mejorar como docente y colaborar con la comunidad educativa a través de la innovación educativa. Además, y curiosamente, se acaba de publicar el artículo «Mucho ruido y pocas nueces. Informe del Parlamento Europeo sobre educación y tecnología”, al que os animamos a echar un vistazo. Digo curiosamente porque en el artículo se debaten aspectos que me traen ocupado estos días, con algunas reflexiones a cerca del uso de las tecnologías este curso que acaba. “Mi consejo es ser valientes pero a la vez prudentes”, apunta Rafael Rivera sobre el actual uso de la tecnología en educación. Esas reflexiones coinciden con las que conforman el cuerpo de esta primera entrada.

Reflexión sobre el uso de las TIC en un conservatorio.

Termina un curso usando en gran medida nuevas tecnologías de información y comunicación enseñando armonía y análisis musical a estudiantes adolescentes: compartir información, materiales y ejercicios. Desarrollar cuestionarios en Google. Email para comunicaciones. Etc.

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Muchos de mis alumnos de este curso -con las circunstancias que trae cada uno consigo-, no usan el potencial (tampoco se les está enseñando a hacerlo) de las TIC y los nuevos dispositivos como herramientas de información y producción de contenido. No saben. Solo las usan para jugar y para las redes sociales. El uso por mi parte de las tan famosas TIC no ha ha sido determinante para que mis alumnos mejoren su aprendizaje en casi nada. Habría obtenido el mismo resultado mediante una metodología tradicional. Al contrario, se han aprovechado de las carencias de este método para evitar realizar determinadas tareas enmarcadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, tales como realizar y enviar trabajos y ejercicios digitalmente,  consular los materiales almacenados y compartidos en la nube, buscar información en la inmensidad de internet, producir presentaciones correctas y coherentes, diseñar recursos audiovisuales, etc. La mayoría de estas tareas, habiéndolas encargado en papel y para realizar y entregar en persona en el aula en una fecha concreta, no habrían podido evitarlas.

Tras este curso, hago autocrítica, debo hacerla! Mi evaluación de la práctica docente es -en general- negativa en cuanto al uso de la tecnología. He comprendido que no siempre es positivo su uso. Es de capital importancia para usar nuevos métodos y herramientas, tener muy en cuenta cada factor que rodea al alumnado. Personalmente concluyo que, por ahora, al trabajar con un grupo de las características generales de mis alumnos de este curso, solo usaré la tecnología para la gestión del curso, por y para mí mismo: diario de clase, gestión de contenidos (recopilación, producción, edición, almacenamiento, etc), sin involucrarlos en estas tareas irrelevantes en el proceso mismo de enseñanza-aprendizaje. Pues usar TIC con alumnos que no saben usarlas, solo sirve para hacerles (hacerme) perder el tiempo y para justificar su dejadez y sus escaqueos. Para ellos queda reservado lo que, en general, siguen demandando: información y reglas específicas para memorizar y poner en práctica en ejercicios cerrados, concretos y mensurables. Les sigue importando más la nota que el proceso. Todo con tal de que el aprendizaje sea cómodo y con tal de «trabajar e implicarse” (en el proceso) lo menos posible. Lo de la búsqueda, la investigación, el aprendizaje en el pensamiento crítico… en mi vida docente real siguen siendo leyendas urbanas.

Después de tanto esfuerzo en el desarrollo de políticas en tecnología educativa, aún no conseguimos resultados significativos. Y por mi experiencia, el gran factor en contra ya no es la poca dotación de recursos (cualquiera usa su smartphone para ver “vídeo de gatos” pero no para buscar información relevante, por ejemplo), sino de la poca o nula formación en el uso de estas nuevas y potentes herramientas, y en gran medida, la falta de interés por aprender a usarlos, tanto por parte de alumnos como de profesores. A día de hoy, debemos ser valientes en el uso de nuevos métodos apoyados en las enormes posibilidades que nos brinda la tecnología en el mundo educativo, pero a la vez, debemos ser prudentes. Las TIC no pueden sustituir al docente. Aun se debe invertir más en formar a profesores y alumnos en el uso de software y dispositivos si de verdad queremos innovar en educación a través del uso de la tecnología. Mientras no sepamos sacarle partido, seguiremos derrochando (en parte) recursos económicos y materiales sin obtener todo el resultado positivo que a priori se le supone, y en el que yo, personalmente creo.

Un comentario sobre “Tecnología en la Educación sí, pero…

  1. Querido Juan
    Estoy de acuerdo en varios de tus apuntes en esta entrada, tales como que para los alumnos es más importante el resultado de la nota que el aprendizaje en sí mismo, y la ley del mínimo esfuerzo antes que el proceso del adquirir unos conocimientos que van a ser a veces cruciales en su posterior desarrollo profesional.
    Yo también he intentado varias veces aplicar las TIC al proceso de la enseñanza en el aula: en la individual y en la colectiva de instrumento y en asignaturas como Edición Musical o Informática Musical. Muchas veces con resultados desesperantes.
    Está claro que la mayoría de los alumnos no poseen unos conocimientos básicos de manejo de las nuevas tecnologías y nos toca enseñar, además de música, los rudimentos del manejo de herramientas como la plataforma Moodle o los discos virtuales muchas veces.
    Por ello, creo que debemos seguir abriendo caminos (cito el artículo de ‘Mucho ruido y pocas nueces’: «aunque ciertamente todavía tenemos pocas certezas de cuál es el camino adecuado a seguir»), o al menos buscándolos, lo cual nos convertirá en docentes implicados (con una especialidad y pasión como es la música) y no sólo en músicos que tienen que enseñar música con desgana para poder comer.
    Encontraremos así mismo alumnos motivados y otros que controlan las TIC exclusivamente para buscar los videos de gatos en la red… el tiempo pondrá a cada uno en su sitio.
    Nosotros a lo nuestro, que es enseñar la música que sabemos con nuestra mayor ilusión y con todos los medios disponibles.
    Yo ya tengo en marcha ideas para aplicar, probar (funcionamos en esto como en el clásico «ensayo y error» de toda la vida pero con medios actuales) y desarrollar el curso que viene en mis clases (equipo directivo mediante, jejeje).
    ¡Felices vacaciones para cargar las pilar y recargar las ideas!

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